Strong purpose
sábado, septiembre 03, 2005
Por: Miguel Yances Peña Columnista de El Universal de Cartagena
Especial para Atrabilioso
La necesidad de mantener contacto (al menos verbal) con los semejantes; la competencia, que provoca la caída en los precios, y la urgencia de una permanente innovación para recuperarlos, hace de las telecomunicaciones uno de los mercados más dinámicos del mundo.
Es un mercado riesgoso: para sostenerse hay que innovar y a veces ni siquiera las innovaciones permiten mantener los precios durante suficiente tiempo para recuperar las inversiones, pues otros inventos se encargan de volverlas obsoletas: De hecho, las bolsas de valores del mundo dan cuenta de esos riesgos e inestabilidades.
Son negocios de grandes competidores, intensivos en capital, y de gran escala, que obligan a alianzas y fusiones. La inercia propia del Estado no es apta para este tipo de negocios; la experiencia colombiana en ese campo es nefasta y aleccionadora: se requieren agentes que puedan actuar rápida y libremente en respuesta a las tendencias, peligros e innovaciones.
Las telecomunicaciones en Colombia han experimentado recientemente avances significativos en tecnología: telefonía móvil celular y PCS; competencia en telefonía fija en algunas ciudades y la televisión internacional. Pero aún los precios son altos y existen rezagos frente a países con grado de desarrollo similar.
La telefonía fija, la gran damnificada de este proceso innovador, permanece en gran parte del territorio nacional en manos estatales, prácticamente sin innovación, perdiendo aceleradamente ingresos y valor en el mercado. Además, el sector ha formulado estrategias torpes y conductas monopolísticas y mañosas, agravadas con una carga de 16.300 pensionados, que representa casi medio billón de pesos anuales -y crece cuatro puntos por encima del IPC- con riesgo de quedar sin financiación en el presupuesto nacional.
Mientras tanto, los avances en el desarrollo tecnológico prometen hasta televisión por el par telefónico -con menores costos que la televisión por cable-; y la convergencia, y la tecnología inalámbrica, son una seria amenaza: Son retos que la estructura paquidérmica del Estado no puede afrontar.
La alianza de Telecom con Telmex, uno de los gigantes internacionales del sector, interpreta esta realidad. Pero mas allá de que sea un asunto conveniente para la competitividad del país, para las finanzas estatales, para la supervivencia de la empresa y para el futuro de los pensionados; es una amenaza para ETB y EPM, dos de las pocas empresas de telecomunicaciones que no son propiedad de Telecom y que como gigantes en el panorama nacional, y el poder político que representan, moverán sus fichas para evitarla.
En el desespero han propuesto reemplazar al socio internacional mediante una alianza entre las tres, cediendo un poco de control político regional a cambio de la garantía de un monopolio nacional, cuando lo que se requiere es abrir competencia para lograr la innovación y que los precios caigan.
La Contraloría, dando la impresión de avalar la estrategia de los locales, ha hecho reparos en cuanto a la forma: dice que “por tratarse de negocios públicos con intervención de terceros, lo transparente hubiese sido una amplia convocatoria pública, bajo unos términos de referencia claros, precisos y conocidos por todos los posibles interesados en igualdad de condiciones que provocara una pluralidad de propuestas.”
Nadie duda de la honestidad del Presidente ni del gobierno -tanto en sus propósitos como en sus actos- pero ante tan contundente argumento toca reversar; no para detener el proceso, sino para realizarlo de la manera adecuada.
El informe de gestión de Telecom a 31 de diciembre del 2004, muestra activos por valor de 2.700 millones de dólares, pero un patrimonio de solo 1.200. El mercado tiende a valorar las empresas no por el valor en libros, sino por las utilidades que produce y su potencial de generarlas en el futuro.
Esta en duda que la empresa pueda seguir generándolas hacia el futuro, a menos que se dinamice con la modernización de los estatutos y la vinculación de capital privado, que permitan mayor agilidad empresarial. Dejemos pues que sea el mercado el que fije su valor; eso si, sin que esto se constituya en un triunfo para los operadores, y otro monopolio nacional.
myances@msn.com
Especial para Atrabilioso
La necesidad de mantener contacto (al menos verbal) con los semejantes; la competencia, que provoca la caída en los precios, y la urgencia de una permanente innovación para recuperarlos, hace de las telecomunicaciones uno de los mercados más dinámicos del mundo.
Es un mercado riesgoso: para sostenerse hay que innovar y a veces ni siquiera las innovaciones permiten mantener los precios durante suficiente tiempo para recuperar las inversiones, pues otros inventos se encargan de volverlas obsoletas: De hecho, las bolsas de valores del mundo dan cuenta de esos riesgos e inestabilidades.
Son negocios de grandes competidores, intensivos en capital, y de gran escala, que obligan a alianzas y fusiones. La inercia propia del Estado no es apta para este tipo de negocios; la experiencia colombiana en ese campo es nefasta y aleccionadora: se requieren agentes que puedan actuar rápida y libremente en respuesta a las tendencias, peligros e innovaciones.
Las telecomunicaciones en Colombia han experimentado recientemente avances significativos en tecnología: telefonía móvil celular y PCS; competencia en telefonía fija en algunas ciudades y la televisión internacional. Pero aún los precios son altos y existen rezagos frente a países con grado de desarrollo similar.
La telefonía fija, la gran damnificada de este proceso innovador, permanece en gran parte del territorio nacional en manos estatales, prácticamente sin innovación, perdiendo aceleradamente ingresos y valor en el mercado. Además, el sector ha formulado estrategias torpes y conductas monopolísticas y mañosas, agravadas con una carga de 16.300 pensionados, que representa casi medio billón de pesos anuales -y crece cuatro puntos por encima del IPC- con riesgo de quedar sin financiación en el presupuesto nacional.
Mientras tanto, los avances en el desarrollo tecnológico prometen hasta televisión por el par telefónico -con menores costos que la televisión por cable-; y la convergencia, y la tecnología inalámbrica, son una seria amenaza: Son retos que la estructura paquidérmica del Estado no puede afrontar.
La alianza de Telecom con Telmex, uno de los gigantes internacionales del sector, interpreta esta realidad. Pero mas allá de que sea un asunto conveniente para la competitividad del país, para las finanzas estatales, para la supervivencia de la empresa y para el futuro de los pensionados; es una amenaza para ETB y EPM, dos de las pocas empresas de telecomunicaciones que no son propiedad de Telecom y que como gigantes en el panorama nacional, y el poder político que representan, moverán sus fichas para evitarla.
En el desespero han propuesto reemplazar al socio internacional mediante una alianza entre las tres, cediendo un poco de control político regional a cambio de la garantía de un monopolio nacional, cuando lo que se requiere es abrir competencia para lograr la innovación y que los precios caigan.
La Contraloría, dando la impresión de avalar la estrategia de los locales, ha hecho reparos en cuanto a la forma: dice que “por tratarse de negocios públicos con intervención de terceros, lo transparente hubiese sido una amplia convocatoria pública, bajo unos términos de referencia claros, precisos y conocidos por todos los posibles interesados en igualdad de condiciones que provocara una pluralidad de propuestas.”
Nadie duda de la honestidad del Presidente ni del gobierno -tanto en sus propósitos como en sus actos- pero ante tan contundente argumento toca reversar; no para detener el proceso, sino para realizarlo de la manera adecuada.
El informe de gestión de Telecom a 31 de diciembre del 2004, muestra activos por valor de 2.700 millones de dólares, pero un patrimonio de solo 1.200. El mercado tiende a valorar las empresas no por el valor en libros, sino por las utilidades que produce y su potencial de generarlas en el futuro.
Esta en duda que la empresa pueda seguir generándolas hacia el futuro, a menos que se dinamice con la modernización de los estatutos y la vinculación de capital privado, que permitan mayor agilidad empresarial. Dejemos pues que sea el mercado el que fije su valor; eso si, sin que esto se constituya en un triunfo para los operadores, y otro monopolio nacional.
myances@msn.com
6 comentarios -Mostrar entrada original
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El usuario anónimo dijo...
EL contralor se quedo cortico, en el tiempo, un dia antes del anuncio de la posible fusión, telecom estaba valorada en 3000 millones de dolare y al dia siguiente constaba 650 millones aprox, donde el magnate mexicano ofrecio la pirrica suma de 350 millones de dolares (51%de las acciones),
Entoces Lucho ofrece esa suma mas dos acciones más, que pasara?.
Nota historica: el dolor del el tiempo, es porque ellos en el 92, le Ofrecieron $1500 milones de Us a Gaviria por telecom y este no se transó.
septiembre 03, 2005 1:37 PM
El usuario anónimo dijo...
APRECIADO LECVTOR DE LA 1:37 PM
No entiendo lo de la oferta de Lucho: "la misma suma mas dos accione"
Las acciones no se estan ofreciendo sino comprando'. Debió decir la misma suma menos una acción, si lo que quería era mejorar la oferta; o la misma suma mas un doklar.
Creo que en este asunto estan jugando con las exageraciones. Recuerde que fetras de todo, y ademas de EPM y ET, esta un sindicato que no quiere perder lo logrado
septiembre 03, 2005 1:46 PM
El usuario anónimo dijo...
NOTA
La ausencia de comentarios a tan altas horas del día tiene tres posibles explicaciones:
La primera: El tema no es interesante, o no esta bien tratado
La segunda: Los lectores comparten con el columnista la opinión de que Telecom requiere un socio que le de el carácter y la agilidad de empresa privada, y
La tercera: El tema es complejo y por lo tanto difícil emitir una opinión.
Me gustaría más que fuera la segunda
septiembre 03, 2005 2:19 PM
El usuario anónimo dijo...
El tema es tan complicado pero la situación es el resultado de la mafia de empleados que son intocables, la corrupción en las directivas que solo vegetan por una jugosa pensión, mostrando su ineptitud para planear e implementar la ampliacion y actualización de redes y tecnología, para suplir la demanda en el consumo de los servicios que prestan.
Ahora que recuerdo desde hace más de 20 años se escuchaba que para entrar en esa empresa había que pagar (el precio era de casi un año de sueldo) por el puesto a alguien, por que las pensiones eran muy buenas y es lo que se ve hoy en día.
Estas vacas sagradas son inmobibles, por ser puestos políticos y pagos de favores, como se mueve todo en los gobiernos de turno.
Esta situación es muy apropiada para un inversor y apareció Telmex quien ya provee servicio inalámbrico a la Argentina y otros paises de latinoamerica, quien le sacará el maximo de provecho a millones de consumidores que los directivos Colombianos no ven por estar en otra (llenando sus propios bolsillos). Telefonica de capital español esta haciendo lo mismo en el campo de celulares y en parte teléfonos fijos.
Mientras estamos ocupados en acusaciones, corrupción, envidias y politiquería barata, los extranjeros hacen millones con los consumidores Colombianos y disque somos vivos pero creo que solo para la cháchara o lo ilegal. Aclaro no todos pero si muchos.
septiembre 04, 2005 4:36 PM
El usuario anónimo dijo...
NOTA DEL COLUMNISTA
Gracias al autor del comentario anterior.´
Puedo agrgarle que cuando le apareció competencia en larga distancia a Telecom (05 y 07) esta aplicó exactamente las estretagias que favorecian a la competencia, como si alguien estuviera recibiendo "coima" por no ser competitivo.
Telecom podría haber acabacdo con los competidores con una estrategia de precios, por ejemplo, pues ya la infractuestura estaba pagada, y los que ingresaban tenian ese costo financiero.
septiembre 04, 2005 8:24 PM
gcv dijo...
Como sugieren algunos, el tema puede ser complejo y complicado. Pero...
Lo que sí es cierto, es que el sector de las comunicaciones es de los más dinámicos y Colombia no es la excepción. ATT fue el Gran Monopolio en EE.UU. hasta que se ordenó su escisión en 14 empresas (Las Baby BELL) de las cuales Bellsouth (anterior accionista de Movistar)era sólo una. ATT se quedó como una más de telefonía de larga distancia y no hace mucho se liquidó, pues la larga distancia sencillamente dejó de existir como negocio. La internet eliminó distancias y de paso a muchas comprometió utilidades a muchas telefónicas en el mundo.
Ya colombia en este momento dispone de 4 operadores de telefonía móvil con la autorización a Avantel de tener un número exclusivo, sin peaje tarifario con las compañías de telefonía fija. Los usuarios ganaremos si Telmex no entra al negocio con Telecom, pues el Sr. Slim no se caracteriza propiemente por su altruismo y las tarifas se incrementarían, como ocurre en México donde es amo y señor. El es un buen negociante, no nos conviene, ojalá estuviera de nuestro lado, pero este no es el caso. Ideal que se tengan socios estratégicos con tecnología y capital, que generen competencia a los operadores actuales. Que se obliguen a ser eficientes o a desaparecer o fusionarse. Esa es la ley de mercado en las telecomunicaciones.
Las cuentas de Telecom no han sido claras y hasta los más liberales en el tema critican el bajo precio que se tranzó en el memorando con Telmex y no es para menos pues todavía es un monopolio en muchas regiones que se podría aprovechar, aún con el pasivo pensional (cuya cifra coincide justamente con la ofrecida por Telmex a lo largo del tiempo).
Por ahora, algo sí es claro y es la urgencia de tomar una decisión pronta e inteligente, para detener los subsidios que todos le tranferimos a Telecom.
septiembre 06, 2005 12:08 AM