Bienestar, placer, felicidad
domingo, octubre 02, 2005
Por: Miguel Yances Peña Columnista de El Universal de Cartagena
Especial para Atrabilioso.
Especial para Atrabilioso.
Son tres conceptos que se diferencian solo en relación con su duración, y que dependiendo de la edad, la formación y la religión, cada cual prioriza de manera diferente. Sin ser categórico, se podría afirmar que los jóvenes priorizan el placer y los adultos el bienestar; pero cada uno de ellos cree que ahí esta la fuente de la felicidad.
La psicóloga Laura Schlessinger, Ph.D., afirma a partir de su experiencia radial, que “…mucha gente confunde la diversión y el placer con la felicidad, aunque claramente no son lo mismo.” El placer por ejemplo, tiene relación con lo más temporal; lo instantáneo si se quiere; mientras que la felicidad -un estado de ánimo que se complace en la posesión de un bien, o la satisfacción de un gusto- es más estable. Y el bienestar (lo más parecido a la tranquilidad) hace referencia a la vida holgada o abastecida de cuanto conduce a pasarlo bien, permanece,
Se me ocurre pues pensar, que también aquellos para quienes es imposible alcanzar el bienestar, prioricen el placer como fuente de felicidad, y esa podría ser una explicación a la condición de abandono social que padecen muchos de los pueblos de la costa, cuyos habitantes poseen modernos electrodomésticos para el entretenimiento y rumbean todo el fin de semana, mientras viven en la extrema pobreza. La problemática social de la ciudad, podría ser entonces, tanto un asunto del gobierno local, como de la idiosincrasia de sus habitantes.
Cuando todo se nos da siempre se reclama más, mientras que cuando todo se lucha y se consigue con esfuerzo y honestidad, se disfruta con tranquilidad y felicidad. Aunque es cierto también que la felicidad está en el camino, que es incierto, y no en la meta, que pierde su atractivo una vez se llega a ella. Pero la verdad es que algo tan complejo, se termina asociando cada día más con algo muy elemental: la relación sana con la naturaleza y con nuestros semejantes; dos bienes que están al alcance aún de los más pobres.
Sin embargo, los mayores enemigos de la tranquilidad y de la felicidad (la ambición, la envidia y la inconformidad) son el motor del desarrollo de la humanidad. Esas, y el mismo fin intrínseco del desarrollo, que es procurar la satisfacción de las necesidades humanas con el mínimo gasto económico y energético -como si abundancia e inmovilidad fueran sinónimo de felicidad- y que destruye fortalezas adquiridas en el desarrollo previo, son las grandes paradojas de la vida. Pareciera como si toda la humanidad, corriera alocada hacia el progreso y por ende, a un abismo de infelicidad.
¿Estaremos entonces equivocados, al confundir placer o bienestar con felicidad; o al atribuir al Estado la responsabilidad de generar bienestar sin importar la felicidad? ¿Cuánta gente pobre no es mas feliz que quienes todo lo poseen?
Amartya Sen, economista indio, premio Nóbel (1998) de Economía, introdujo un nuevo concepto del bienestar: el de la libertad, entendida como la capacidad de vivir y hacer según nuestros deseos, y no como otros determinen que sean nuestras vidas. Pero aún se evalúa solo la tenencia de ciertos bienes materiales e inmateriales que soportan la existencia, como muestra de los beneficios que provoca el sistema y el gobierno sobre los ciudadanos, cuando se podría medir el grado de felicidad, que transciende lo puramente material, y tiene mucho más que ver con esa libertad,
Hay un cuento que narra las peripecias de un humilde pescador que abandonó todo y se fue a la ciudad para progresar. Al cabo de la vejez, ya enfermo por el estrés, daba todo por lo que no le había costado ni cinco al momento de nacer: una comunidad, un bote y un pedazo de tierra a la orilla del mar.
myances@msn.comLa psicóloga Laura Schlessinger, Ph.D., afirma a partir de su experiencia radial, que “…mucha gente confunde la diversión y el placer con la felicidad, aunque claramente no son lo mismo.” El placer por ejemplo, tiene relación con lo más temporal; lo instantáneo si se quiere; mientras que la felicidad -un estado de ánimo que se complace en la posesión de un bien, o la satisfacción de un gusto- es más estable. Y el bienestar (lo más parecido a la tranquilidad) hace referencia a la vida holgada o abastecida de cuanto conduce a pasarlo bien, permanece,
Se me ocurre pues pensar, que también aquellos para quienes es imposible alcanzar el bienestar, prioricen el placer como fuente de felicidad, y esa podría ser una explicación a la condición de abandono social que padecen muchos de los pueblos de la costa, cuyos habitantes poseen modernos electrodomésticos para el entretenimiento y rumbean todo el fin de semana, mientras viven en la extrema pobreza. La problemática social de la ciudad, podría ser entonces, tanto un asunto del gobierno local, como de la idiosincrasia de sus habitantes.
Cuando todo se nos da siempre se reclama más, mientras que cuando todo se lucha y se consigue con esfuerzo y honestidad, se disfruta con tranquilidad y felicidad. Aunque es cierto también que la felicidad está en el camino, que es incierto, y no en la meta, que pierde su atractivo una vez se llega a ella. Pero la verdad es que algo tan complejo, se termina asociando cada día más con algo muy elemental: la relación sana con la naturaleza y con nuestros semejantes; dos bienes que están al alcance aún de los más pobres.
Sin embargo, los mayores enemigos de la tranquilidad y de la felicidad (la ambición, la envidia y la inconformidad) son el motor del desarrollo de la humanidad. Esas, y el mismo fin intrínseco del desarrollo, que es procurar la satisfacción de las necesidades humanas con el mínimo gasto económico y energético -como si abundancia e inmovilidad fueran sinónimo de felicidad- y que destruye fortalezas adquiridas en el desarrollo previo, son las grandes paradojas de la vida. Pareciera como si toda la humanidad, corriera alocada hacia el progreso y por ende, a un abismo de infelicidad.
¿Estaremos entonces equivocados, al confundir placer o bienestar con felicidad; o al atribuir al Estado la responsabilidad de generar bienestar sin importar la felicidad? ¿Cuánta gente pobre no es mas feliz que quienes todo lo poseen?
Amartya Sen, economista indio, premio Nóbel (1998) de Economía, introdujo un nuevo concepto del bienestar: el de la libertad, entendida como la capacidad de vivir y hacer según nuestros deseos, y no como otros determinen que sean nuestras vidas. Pero aún se evalúa solo la tenencia de ciertos bienes materiales e inmateriales que soportan la existencia, como muestra de los beneficios que provoca el sistema y el gobierno sobre los ciudadanos, cuando se podría medir el grado de felicidad, que transciende lo puramente material, y tiene mucho más que ver con esa libertad,
Hay un cuento que narra las peripecias de un humilde pescador que abandonó todo y se fue a la ciudad para progresar. Al cabo de la vejez, ya enfermo por el estrés, daba todo por lo que no le había costado ni cinco al momento de nacer: una comunidad, un bote y un pedazo de tierra a la orilla del mar.
Atrabilioso dijo...
NOTA DE LA DIRECCIÓN:
Los comentarios que pertenecen al tema de ayer serán reubicados en el foro respectivo. Esto, porque la columna es una propuesta totalmente distinta a la guerra y por lo tanto tanto el columnista como los participantes merecen tener su espacio para debatir el tema específico.
Los comentarios removidos los encontrarán entonces en la columna de ayer.
octubre 01, 2005 10:19 AM
ASánchez dijo...
Por considerarlo de la mayor importancia, envio un vinculo a una noticia aparecida hoy en el Tiempo, en la Revista Lecturas,
que profundiza más el tema de los
medicamentos
que se está negociando en el TLC. Recomendado especialmente para Atrabilioso.
octubre 01, 2005 12:29 PM
Atrabilioso dijo...
NOTA A DON ASTOLFO:
Quedó plenamente demostrado su punto. Es muy grave la denuncia según la cual nos están exigiendo más que a Chile o a Centroamérica. La pregunta del millón, estimado Astolfo: ¿qué hacemos entonces? ¿Firmamos y ponemos en jaque la salud de millones de colombianos o no firmamos y enfrentamos las barreras arancelarias en EEUU?
Este asunto es extremadamente complejo y la verdad, por la poca información que tengo, hay otros factores que influyen negativamente en el asunto: el de los remanufacturados, por ejemplo, es una situación que afectaría enormemente a la industria nacional. Hace algunos días vi un debate de algunos senadores uribistas y TODOS mostraron serias reservas, con argumentos, frente a muchos elementos del TLC.
Le confieso que estoy muy preocupado por el asunto, porque a cada ventaja aparente, se suman decenas de desventajas para el país.
Gracias por su información y sus siempre valiosos aportes.
octubre 01, 2005 1:08 PM
maria teresa dijo...
Pues este tema me parece muy interesante y que tiene relacion con el desarrollo de una sociedad. Tiene precisamente impacto en el progreso de una sociedad tan contradictoriamente quejosa y paternalista/dependiente como la colombiana, y no solo la costeña.
Esto me recuerda la pregunta que hice con respecto al significado de 'dignidad'. Ya que aunque es cierto que 'atributos personales' como la envidia, inconformidad, etc, dañan la felicidad pero son motores de desarrollo, tambien son motivo de felicidad para ciertas personas que las sienten y ejercen. Y no miento, por muy horrendo que suene. Entonces depende desde el angulo que se mire lo que es felicidad, para unos es algo diferente lo que para significa para otros.
Tambien me convence con eso de que los jovencitos buscan su felicidad rapida (placer) mientras que para los mas adultos se habla de bienestar a largo plazo como un objetivo de ser felices.
Pero lo que me parece es esencial para producir las diversas felicidades es la libertad para ese desarrollo de lo que logre alcanzar ese estado de animo feliz (un ave con las alas recortadas tiene un vuelo predecible corto). Claro que con su respectivo limite, tanto en lo personal como en lo comun. Ejemplo, yo no puedo ir insultando a todo el mundo, o pegando, o haciendo algo ilicito por la ambicion de imponerme en status o ir buscando mi felicidad.
Definitivamente la libertad es la clave, y el ambiente social determina si la iniciativa personal logra el exito o se corrompe por la presion de sus conciudadanos. Es asi como veo que se limitaria el progreso personal, lo que afectaria el comun.
Por eso hay que hacer infelices a los de cultura totalitaria y mafiosa. Y una forma es haciendolos respetar la ley, aunque sucede que sean los lideres del momento.
octubre 01, 2005 10:06 PM
El usuario anónimo dijo...
A MARIA TRESA
Muy interesante tus comentarios complementarios a mi columna dd hoy.
Veo que estamos sintonizados; y algo mas la felicidad no guarda mucha relacion con la posesion de bienes materiales; creo que mas con el hacer algo que disfrutemos, que tenga utilidad y que provoque reconoimiento social.
Ojala todos estuvieramos de acuerdo en ese concepto de la felicidad.
MIGUEL
octubre 02, 2005 11:27 AM